miércoles, noviembre 14, 2007

De chicas y de chicos



Este articulo lo encontre en una revista de esas que no suelo leer pero que en un momento de aburrimiento decidi echarle un vistazo via on line y encontre estos puntos que me parecio divertido dar a conocer...por que son ciertos.



5 cosas que amo de trabajar en un equipo sólo de hombres



1. Comen vorazmente sin culpa y no hablan de dietas. <>


2. Saltan, bailan y juegan con pelotas saltarinas para soltar el estrés: no se ponen a llorar.<<>>


3. No lavan su tazón de café y no les da asco tomar de nuevo en en mismo.<<>>


4. Hablan de música, de videojuegos o juguetes, no de matrimonio ni de citas.<>


5. No pelan, pero me hacen reír todo el día.



3 cosas que dicen las mujeres en relación a los hombres que encuentro añejas




1. Que somos más evolucionadas.


2. Que manejamos mejor.<>


3. Que sufrimos más.



7 cosas que me cargan de la gente hoy en día




1. Que anden con los cabros chicos sueltos en el asiento del copiloto.<>


2. Que boten basura a la calle.


3. Que se enojen diciendo las cosas al aire, no a la persona aludida.<>


4. Que hablen de monos animados antiguos y que canten las canciones a coro.<<>>


5. Que vayan al Starbucks como algo natural, si toda la vida han tomado té Club con marraqueta con palta.


6. Que decoren sus casas “minimal”, sin tener idea qué significa minimalismo y por qué nació.


7. Que compren especias en emporios onderos a precios insólitos, si tienen la Vega al lado



5 cosas raras que sucedieron en mi niñez




1. Hacer un comercial de “papaya Rubio” para un canal regional y vomitar en la grabación por el exceso de bebida ingerida.


2. Usar frenillos con alambre por fuera de mi cara.


3. Coincidir en una función de E.T. en el año ochenta y tanto, el mismo día y a la misma hora, con el que fue mi novio 15 años después. Él se acuerda de haber escuchado una niñita llorar durante toda la función.


4. Perder el olfato.


5. Tener un amigo imaginario gigante<>



5 vestuarios increíbles de la tv




1. El de El crucero del amor.


2. El de Florinda Meza, cuando NO hacía de doña Florinda.


3. El de Coca Guazzini en los sketches de 
De chincol a jote.


4. El de Bill Cosby. ¡Sus sweaters eran maravillosamente horrorosos!


5. El de Fama. ¡El algodón melange sudado se veía top!


Ta weno!!...me gusto!!!


La mujer, un icono.


Los hechos históricos han influido de manera importante en la evolución de los modelos de belleza. Es así como tras la Segunda Guerra Mundial la moda apeló a un estilo más femenino, como símbolo de la fecundidad, mientras que en la década de los noventa e incluso hasta nuestros días la tendencia ha sido mostrar a mujeres cada vez más delgadas, al punto que comenzaron a encenderse algunas señales de alerta. La pasarela española Cibeles, por ejemplo, decidió a partir de 2006 no aceptar a más modelos al borde de la anorexia y estableció como mínimo un índice de masa corporal en torno al 18 (56 kilos para 1 metro 75 cm de estatura).

Si bien los cambios durante el siglo XX han sido variados, los patrones de belleza cambiaron definitivamente con el fin de la cintura de avispa, impuesta por el corsé. Esta prenda, muy usada en siglos anteriores, otorgaba a la mujer una figura femenina única, pero no exenta de problemas de salud. Sometidas a esta férrea coraza que oprimía su torso, terminaron padeciendo deformidades en las costillas y dificultades respiratorias. Entre 1900 y 1910, el corsé definió la curva "S" en la figura femenina y forzó a enangostar el ancho de las caderas de la mujer.


Se le atribuye al francés Pierre Poiret la creación del primer brasier a principios del siglo XX. Los primeros sostenes, como se conocen en la actualidad, aparecieron en 1913 en Estados Unidos, creados por la diseñadora neoyorquina Mary Phelp Jacobs. Éste consistía en dos correas de tejido francés que colgaban de los hombros. "Cerca de 1935 se creó la base de lo que es hoy el sostén, con un sistema de copas según el busto de cada mujer", explica Afife Docmac, de la agencia de comunicaciones Docmac, experta en moda.


Los locos años veinte están marcados por el estilo "garçon" que muestra una extrema delgadez y la supresión de las curvas, lo que contribuye a un proceso de masculinización de la apariencia femenina. Este estilo da paso a un patrón de belleza andrógino originado por el debate de cuál es la nueva femineidad y marcado por el cubismo, la pauta estética de la época.


Los años treinta vuelven a una silueta femenina, pero sin exageraciones. Es la década de las diseñadoras de moda como Madelaine Vionnet y Elsa Schiaparelli. La tendencia es proyectar la imagen de una mujer de la alta sociedad de la época, muy dada a vestir ropa deportiva, como la de tenis, y también anchos pantalones de playa. "El cuerpo está en contacto directo con la ropa. Surge el pantalón para la mujer y ropa deportiva que usan las personas del jet set durante el descanso, lo que también se convierte en moda", explica Mandiola.


La Segunda Guerra Mundial marca el estilo de los años cuarenta. Las mujeres comienzan a usar chaquetas y abrigos con anchas hombreras porque tienen que reemplazar a los hombres en el trabajo, ya que muchos de ellos están en el frente. Por otro lado, la escasez de telas hace que los modelos sean de formatos pequeños, con diseños severos y simples y una marcada influencia militar. La única gran elaboración en la vestimenta está dada por accesorios tales como los sombreros y turbantes.


Durante los años cincuenta existe un retorno a la sexualidad, por la necesidad de procrear. Aparece la imagen de una dueña de casa de grandes pechos y de cintura angosta que denota fertilidad. Los hombres están de vuelta en sus países tras el conflicto bélico y hay una necesidad de aumentar la disminuida población. Se exalta, por tanto, la vida y se celebra la femineidad. Las mujeres comienzan a usar un sostén con forma de cono, muy similar al que diseñó Jean Paul Gaultier a comienzos de los noventa.


Contrario a la imagen de una mujer curvilínea y procreadora, en la década de los sesenta surge un estilo adolescente. La actriz norteamericana Mia Farrow y la modelo Twiggie son ejemplos de esa época. "Es una moda más futurista, en la que los jóvenes se diferencian de sus padres en cuanto a la figura. El cuerpo no muestra los típicos elementos femeninos como pechos, caderas y cinturas, sino que las piernas y el vientre. Son modelos rectos que no aprietan la cintura. La figura femenina es de líneas muy planas. El estilo imperante es similar al de la película 2001, Una Odisea en el Espacio. Es la generación del baby boom que cultiva la juventud y el idealismo. Los jóvenes basan sus creencias en el rock & roll y luchan por sus derechos como en la revolución estudiantil de París de mayo del 68 y en Woodstock, como reacción a la guerra de Vietnam".

Las décadas que vienen se caracterizan por mostrar estilos diametralmente distintos. Mientras en los años setenta hay un retorno a lo natural, los ochenta es exceso puro en cuanto a maquillaje y vestimenta.
En los setenta, la figura de la mujer es más andrógina y se asocia a lo natural. El uso del maquillaje es menor que en otras épocas y la mujer se empieza a vestir más como hombre. El pantalón se instala para siempre en el clóset femenino para ser usado en toda ocasión, día y noche.


Es a fines de los setenta cuando empieza el glamour y el exceso con la llamada onda disco. Se usan telas como la lycra, las vestimentas brillantes, los rostros con mucho maquillaje y las grandes melenas de cabello. Tendencia que continúa en los años ochenta.

En los años ochenta, la mujer toma una posición de poder en el ámbito laboral y asume trabajos que originalmente estaban reservados a los hombres, como los negocios. Surge "The power of the look" (el poder de la apariencia), que refleja una figura femenina de poder con grandes hombreras, pero más femeninas que las usadas en los años cuarenta. La mujer muestra el escote, se maquilla y se peina más exageradamente y usa tacones muy altos. Esta apariencia servía para demostrar su poder. Aquí la mujer demuestra poder físico a través de la práctica del ejercicio mediante la aeróbica y los deportes.


La era de las supermodelos es el eje central de la década de los noventa. "Los patrones de belleza muestran a mujeres muy altas con cuerpos espectaculares, fuera de lo común, como Cindy Crawford y Claudia Schiffer. Son mujeres curvilíneas, cuya figura destaca sin que sea extremadamente delgada. Además muestran un prominente escote y aparece el sostén "wonder bra", que hace resaltar los pechos.

A fines de esos años surge otro movimiento denominado "heroine chic", principalmente representado por la publicidad de Calvin Klein, quien mostró a modelos con una apariencia drogadicta, extremadamente delgada y sin curvas situación que le ha valido hasta el día de hoy un sinfín de críticas.

"En general, durante todo el siglo XX, con excepción de los años cincuenta, el patrón de belleza de la mujer fue la delgadez. Hasta el día de hoy está la tendencia de ser parte de una sociedad capitalista en búsqueda del estatus. La delgadez se asocia a este modelo, porque existe la idea de que las mujeres de sociedad son delgadas. Se relaciona el dinero con el look. La serie televisiva Sex & The City es un ejemplo de eso: son cuatro mujeres que trabajan, ninguna de ellas es millonaria, pero todas tratan de parecerlo y gastan lo que no tienen para comprar zapatos de cientos de dólares. Se endeudan para obtener el look deseado con tal de pertenecer a la élite"
"Si tú estás en paz contigo mismo, al menos hay un lugar pacífico en el mundo" (Gandhi)